Seguimos sin darnos cuenta
Ayer cuando me enteré que habían despedido a dos compañeros en forma injusta y malintencionada se me hizo un nudo en la garganta, pero después al ver la tenue reacción de la mayoría de mis compañeros el dolor y la angustia fue mayor. Que cagada dijeron algunos, que bronca dijeron otros, hoy pensé que el sindicato iba a solucionar el tema, pero nuevamente dejaron solo a nuestro delegado. Me pregunto entonces ¿para qué protestamos si cuándo realmente tenemos que hacer valer nuestra hombría de bien nos quedamos en el molde? Tenemos lo que nos merecemos si no somos capaces de pelear por Oscar y por Fabricio no jodamos más. No se dan cuenta que cualquiera de nosotros puede ser el próximo. Muchachos pongamos los huevos sobre la mesa o dejemos que nos sigan humillando. Gracias a todos los que ayudaron para que estos dos compañeros estén en la calle (unos cuantos hijos de puta). Perdón Oscar y Fabricio por no poder hacer nada.Un abrazo. Yo no me olvido de ustedes.
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